El transporte es algo de la vida cotidiana, que día a día, desde la invención del automóvil se ha vuelto cada vez más necesaria.
Sólo en los Estados Unidos, y según datos del Instituto de Información de Seguros, los accidentes viales en ese país representan una pérdida de US$ 230 billones al año. En Europa, la cifra es 160 billones de euros. En la Argentina, los quebrantos económicos, como consecuencia del tráfico caótico y de las colisiones, ascienden a US$ 10.000 millones anuales.
Pero cómo se soluciona todo esto, es la pregunta del millón.¿Con más autopistas o autos más seguros? Los profesionales creen que los adelantos tecnológicos jugarán un papel trascendental en el futuro inminente.
En el futuro se espera además que se pueda pasar información de un celular a otro, de una palm a otra; es decir, los automóviles serán capaces de intercambiar datos entre ellos, así como contactarse con los dispositivos que tenga la infraestructura de la carretera. En síntesis, cada unidad podrá tomar medidas 'correctivas' cuando sea adecuado y proporcionarán una retroalimentación esencial para los conductores.
Lo que se viene
Algunas de las innovaciones del transporte del futuro son las siguientes:
* El nacimiento de un nuevo sistema, ya sea vía área o terrestre. Así como existe una tecnología que avisa cuánto tarda un colectivo en llegar a destino, los viajeros también podrán recibir avisos sobre retrasos de trenes y micros en su teléfono móvil.
* Mediante sensores, tecnología GPS y comunicaciones dentro de los autos, se remitirán alertas de retrasos o se alertará si una ruta alternativa resulta más conveniente. Los mismos sistemas permitirán a los programadores realizar correcciones de caminos en tiempo real, lo que convertirá el amontonamiento de colectivos ("bus bunching", en la jerga norteamericana) en historia.
* Los conductores conversarán con sus autos: aparecerán dispositivos de reconocimiento de voz cada vez más sofisticados, los que permitirán a quienes manejan obtener actualizaciones de vuelos en tiempo real, leer y contestar correos, recibir instrucciones y evitar accidentes. Los programas de navegación y entretenimiento con reconocimiento de voz también les posibilitarán que los conductores ajusten la temperatura de la cabina o llamen a casa con las manos en el volante y los ojos en la autopista, sin que esto los distraiga.
* Las ciudades encontrarán la solución para los embotellamientos. El tránsito se agilizará a través de sistemas inteligentes, se harán ajustes en tiempo real en los semáforos para aliviar los embotellamientos y liberar caminos para las ambulancias, autobombas u otros en emergencia. Nuevas tecnologías proporcionarán información a los conductores acerca de las mejores rutas para que eviten conducir y estacionar en las horas de mayor tránsito. Así, las autopistas y principales avenidas resultarán seguras, y el aire será más limpio.
Los especialistas destacan que será más fácil y menos costoso establecer una infraestructura de tecnología de información: el proceso de crear un nuevo software demanda un tiempo menor que encarar la obra de un puente o una autopista. Las computadoras podrán procesar información y reaccionar más rápidamente que los seres humanos.
Hoy los avances se traducen en investigaciones que apuntan al trabajo con redes de sensores, tecnología de radiofrecuencia, Wi-Fi, ojos electrónicos y cámaras digitales de avanzada.
Palabras más, palabras menos, todo indica que el futuro está a la vuelta de la esquina. Ya se lo palpita y se lo respira. Sólo es cuestión de dejarlo llegar.
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